viernes, 10 de junio de 2011

Ensayo

Para corregir no hay que temer. El peor maestro es el maestro con miedo.

            El temor, sentimiento ingrato que detiene, que paraliza.
            Un  maestro con miedo en estos días, se ha transformado en una situación común; expuesto a tanta crítica y evaluación constante, ha llegado a un punto en que muchas veces la corrección hacia un alumno es tomada de manera inapropiada, pues el maestro corrige desde lo personal del “deber ser” y  muchas veces este “deber ser” es subjetivo, en los contextos en los que enseña. Un maestro que corrige no sólo la lección, sino también el hábito, se ha transformado en una voz conflictiva desde el punto de vista de los padres que no quieren ver lo que crían, pues le han dado la responsabilidad a los maestros, sólo cuando esto se contrapone a sus intereses critican sin piedad el actuar docente.
            En algunos casos, ya cansado de este problema muchos de los profesores evitarán  hacer lo que se debe, por no tener que enfrentar toda la carga social y académica que su corrección origina y nos encontramos con situaciones de aceptación sumisa.
            En otra arista, la falta de visión de algunos directores y sostenedores, que lucran con la educación y que pretenden manejarla como un negocio rentable, hace que se cometan errores que los profesores debemos denunciar y corregir, sin embargo, nuevamente aparece el miedo, no a la crítica ni a la evaluación, sino al fantasma de la cesantía, porque ser consecuente en un sistema educativo viciado es un riesgo. 
            Corregir, corregir, corregir, mirado de una manera positiva no es sino ganar, ganar, ganar, no sólo para los estudiantes, sino para la sociedad, el profesor tiene el deber de hacerlo si tiene la sabiduría, sólo se espera que además tenga el coraje de enfrentar no sólo la crítica o las malas gestiones, sino también sus propias limitaciones.

                                                                             Vilma Cayul Zúñiga


                                                                                               














1 comentario:

  1. Vilma, me gusto el tema que trabajaste en el ensayo, creo que das claras luces de lo que vivimos hoy en día los docentes. Sin embargo me gustaría que intentaras incluir los cambios positivos que tiene algunos de nuestros niños con un palabra, una caricia y por que no, con un reto, el corregir no solo marca o enfrenta a un niño con su profesor de forma negativa, a veces también pueden producirse cambios favorables en los alumnos y por otro lado el temor que enfrentamos los docentes, en muchas ocasiones nos hace más fuertes, para darnos cuenta que quizás no cambiaremos el mundo , pero si podemos aportar con la evolución y crecimiento como persona de algunos niños, y eso nos demuestra que lo estamos haciendo bien.
    Monserrat

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